LECTURA
La princesa y el guisante
Había una vez un príncipe que quería casarse con una princesa; pero había de ser princesa de verdad.
Atravesó, pues, el mundo entero para encontrar una; pero siempre había algún inconveniente.
Verdad es que princesas había bastantes, pero no podía averiguar nunca si eran verdaderas princesas, siempre había algo sospechoso. Volvió muy afligido porque le hubiera gustado tanto tener una verdadera princesa...
Una noche se levantó una terrible tempestad, relampagueaba y tronaba, la lluvia caía a torrentes, era verdaderamente espantoso. Llamaron entonces a la puerta del castillo, y el anciano rey fue a abrirla.
Era una princesa. ¡Pero, Dios mío, cómo la habían puesto la lluvia y la tormenta! El agua chorreaba por sus cabellos y vestidos y la entraba por la punta de los zapatos y le salía por los talones, y ella decía que era una verdadera princesa.
— ¡Bueno, eso pronto lo sabremos!— pensó la vieja reina, y sin decir nada, fue al dormitorio, sacó todos los colchones de la cama y puso un guisante sobre el tablado.
Luego tomó veinte colchones y los colocó sobre el guisante. y además veinte edredones encima de los colchones.
Era esta la cama en la que debía dormir la princesa.
A la mañana siguiente le preguntaron cómo había pasado la noche.
—¡0h. malísimamente!—dijo la princesa, — apenas he podido cerrar los ojos en toda la noche! Dios sabe lo que había en mi cama. ¡He estado acostada sobre una cosa dura que tengo todo el cuerpo lleno de cardenales! ¡Es verdaderamente una desdicha!
Eso probaba que era una verdadera princesa, puesto que a través de veinte colchones y de veinte edredones había sentido el guisante. Solo una verdadera princesa podía ser tan delicada. Entonces el príncipe la tomó por esposa, porque sabía ahora que tenía una princesa de verdad, y el guisante lo llevaron al museo, en donde se puede ver todavía, a no ser que alguien se lo haya llevado.
He aquí una historia verdadera.
Hans Christian Andersen
1.- ¿Por dónde buscó el príncipe una princesa? a- Por todo el mundo. b- Por todo su reino. c- Por todos los reinos vecinos.
2.- Al regresar a su reino, el príncipe estaba... a- Contento. b- Cansado. c- Triste.
3.- ¿Cuándo llegó la princesa al castillo? a- Un día de invierno. b- Una noche de tormenta. c- Una noche de luna llena.
4.- ¿Quién le abrió la puerta a la princesa? a- El príncipe. b- La reina. c- El rey.
5.- La princesa llegó al castillo... a- Sin zapatos. b- Sin vestidos. c- Con vestidos y zapatos.
6.- ¿Dónde colocó la reina el guisante? a- Sobre el tablado de la cama. b- Entre los colchones. c- Debajo de los edredones.
7.- Por la mañana la princesa estaba... a- Contenta porque había dormido bien. b- Cansada porque había dormido mal. c- Contenta por estar en el castillo.
8.- Supieron que era una princesa porque... a- Quería dormir en el castillo. b- Ella les dijo que era princesa. c- No había dormido por culpa del guisante.
9.- ¿Dónde está ahora el guisante? a- En el jardín. b- En el castillo. c- En un museo.
Había una vez un príncipe que quería casarse con una princesa; pero había de ser princesa de verdad.
Atravesó, pues, el mundo entero para encontrar una; pero siempre había algún inconveniente.
Verdad es que princesas había bastantes, pero no podía averiguar nunca si eran verdaderas princesas, siempre había algo sospechoso. Volvió muy afligido porque le hubiera gustado tanto tener una verdadera princesa...
Una noche se levantó una terrible tempestad, relampagueaba y tronaba, la lluvia caía a torrentes, era verdaderamente espantoso. Llamaron entonces a la puerta del castillo, y el anciano rey fue a abrirla.
Era una princesa. ¡Pero, Dios mío, cómo la habían puesto la lluvia y la tormenta! El agua chorreaba por sus cabellos y vestidos y la entraba por la punta de los zapatos y le salía por los talones, y ella decía que era una verdadera princesa.
— ¡Bueno, eso pronto lo sabremos!— pensó la vieja reina, y sin decir nada, fue al dormitorio, sacó todos los colchones de la cama y puso un guisante sobre el tablado.
Luego tomó veinte colchones y los colocó sobre el guisante. y además veinte edredones encima de los colchones.
Era esta la cama en la que debía dormir la princesa.
A la mañana siguiente le preguntaron cómo había pasado la noche.
—¡0h. malísimamente!—dijo la princesa, — apenas he podido cerrar los ojos en toda la noche! Dios sabe lo que había en mi cama. ¡He estado acostada sobre una cosa dura que tengo todo el cuerpo lleno de cardenales! ¡Es verdaderamente una desdicha!
Eso probaba que era una verdadera princesa, puesto que a través de veinte colchones y de veinte edredones había sentido el guisante. Solo una verdadera princesa podía ser tan delicada. Entonces el príncipe la tomó por esposa, porque sabía ahora que tenía una princesa de verdad, y el guisante lo llevaron al museo, en donde se puede ver todavía, a no ser que alguien se lo haya llevado.
He aquí una historia verdadera.
Hans Christian Andersen
1.- ¿Por dónde buscó el príncipe una princesa? a- Por todo el mundo. b- Por todo su reino. c- Por todos los reinos vecinos.
2.- Al regresar a su reino, el príncipe estaba... a- Contento. b- Cansado. c- Triste.
3.- ¿Cuándo llegó la princesa al castillo? a- Un día de invierno. b- Una noche de tormenta. c- Una noche de luna llena.
4.- ¿Quién le abrió la puerta a la princesa? a- El príncipe. b- La reina. c- El rey.
5.- La princesa llegó al castillo... a- Sin zapatos. b- Sin vestidos. c- Con vestidos y zapatos.
6.- ¿Dónde colocó la reina el guisante? a- Sobre el tablado de la cama. b- Entre los colchones. c- Debajo de los edredones.
7.- Por la mañana la princesa estaba... a- Contenta porque había dormido bien. b- Cansada porque había dormido mal. c- Contenta por estar en el castillo.
8.- Supieron que era una princesa porque... a- Quería dormir en el castillo. b- Ella les dijo que era princesa. c- No había dormido por culpa del guisante.
9.- ¿Dónde está ahora el guisante? a- En el jardín. b- En el castillo. c- En un museo.
LÉXICO
- Palabras Compuestas: son aquellas formadas por la unión de dos palabras simples:
Ejem. porta+aviones: portaaviones
- Palabras derivadas: consiste en añadir un lexema a un morfema
* Prefijo: si el lexema le ponemos delante del morfema, ejem. sílaba----bisílaba
* Sufijo: si el lexema le ponemos detrás del morfema, ejem. grande----grand-ísimo
Existen otros mecanismos para formar palabras:
- Siglas: se forman con las letras iniciales de cada una de las palabras que forman una expresión:
Ejemplo: ONU Organización de las Naciones Unidas
- Acrónimos son siglas que se utilizan tanto que pasan a ser palabras
Ejemplo: ovni
EJERCICIOS
1. Señala el prefijo de las siguientes palabras:
a) Contraespionaje b) Antiaéreo c) Ultramar d) Posmoderno e) Coautor
f) Imprescindible g) Incultura h) Vicepresidente i) Prototipo j) minifalda
2. Indica el sufijo de las siguientes palabras:
a) Sordera b) Doctorado c) Montaje d) Instrumental e) Escribano f) Talonario g) Discutible h) Varonil i) Zarpazo j) Chileno k) Romboide
3. Forma una palabra nueva añadiendo prefijos a estas palabras:
a) Hacer: b) Proteger: c) Posible: d) Ilusión: e) Historia: f) Experto:
4. Continúa la serie y forma adjetivos a partir de estas palabras mediante los sufijos –(i)al, -ario, -ente, -ero. Ejemplo: cultura → cultural
a) Camino b) Banco c) Pesca d) Herir e) Policía f) Verdad
g) Centro h) Alimento i) instrumento j) Sugerir k) sociedad
5. Continúa la serie y forma sustantivos a partir de estas palabras mediante los sufijos –ancia, -ero, -ido, -ismo. Ejemplo: ladrar → ladrido
a) Importante b) Tolerante c) Estallar d) Compañero e) Ego f) Moneda
g) Fútbol h) Limón i) Montaña j) maullar
6. Los sufijos –ante, -ero, -ista y –or significan “oficio, profesión”. Descubre los oficios y profesiones que se definen a continuación:
a) Persona que traza planos.
b) Jugador que defiende la portería de su bando.
c) Persona que ilustra cuentos.
d) Persona que estudia.
e) Persona que pinta cuadros.
f) Persona empleada en una oficina.
g) Persona que fabrica vasijas de barro cocido.
h) Persona versada en lingüística, ciencia que estudia el lenguaje.
Ejem. porta+aviones: portaaviones
- Palabras derivadas: consiste en añadir un lexema a un morfema
* Prefijo: si el lexema le ponemos delante del morfema, ejem. sílaba----bisílaba
* Sufijo: si el lexema le ponemos detrás del morfema, ejem. grande----grand-ísimo
Existen otros mecanismos para formar palabras:
- Siglas: se forman con las letras iniciales de cada una de las palabras que forman una expresión:
Ejemplo: ONU Organización de las Naciones Unidas
- Acrónimos son siglas que se utilizan tanto que pasan a ser palabras
Ejemplo: ovni
EJERCICIOS
1. Señala el prefijo de las siguientes palabras:
a) Contraespionaje b) Antiaéreo c) Ultramar d) Posmoderno e) Coautor
f) Imprescindible g) Incultura h) Vicepresidente i) Prototipo j) minifalda
2. Indica el sufijo de las siguientes palabras:
a) Sordera b) Doctorado c) Montaje d) Instrumental e) Escribano f) Talonario g) Discutible h) Varonil i) Zarpazo j) Chileno k) Romboide
3. Forma una palabra nueva añadiendo prefijos a estas palabras:
a) Hacer: b) Proteger: c) Posible: d) Ilusión: e) Historia: f) Experto:
4. Continúa la serie y forma adjetivos a partir de estas palabras mediante los sufijos –(i)al, -ario, -ente, -ero. Ejemplo: cultura → cultural
a) Camino b) Banco c) Pesca d) Herir e) Policía f) Verdad
g) Centro h) Alimento i) instrumento j) Sugerir k) sociedad
5. Continúa la serie y forma sustantivos a partir de estas palabras mediante los sufijos –ancia, -ero, -ido, -ismo. Ejemplo: ladrar → ladrido
a) Importante b) Tolerante c) Estallar d) Compañero e) Ego f) Moneda
g) Fútbol h) Limón i) Montaña j) maullar
6. Los sufijos –ante, -ero, -ista y –or significan “oficio, profesión”. Descubre los oficios y profesiones que se definen a continuación:
a) Persona que traza planos.
b) Jugador que defiende la portería de su bando.
c) Persona que ilustra cuentos.
d) Persona que estudia.
e) Persona que pinta cuadros.
f) Persona empleada en una oficina.
g) Persona que fabrica vasijas de barro cocido.
h) Persona versada en lingüística, ciencia que estudia el lenguaje.
GRAMÁTICA
La oración es la unidad mínima de comunicación que tiene sentido completo.
Es fundamental que tenga un verbo.
Clases de oraciones según la actitud del hablante:
a) Enunciativas: se enuncia un hecho objetivamente. Pueden ser afirmativas y negativas. "Hoy es domingo" “No ha amanecido todavía”
b) Exclamativas van entre signos de exclamación en la escritura; expresan los sentimientos y emociones del hablante: "¡Vete de aquí!”
c) Desiderativas u optativas: expresan un deseo por parte del hablante “Que te vaya bien” “Ojalá apruebe este examen”
d) Dubitativas: expresan duda o posibilidad “Posiblemente venga con retraso el tren”
e) Interrogativas: el hablante formula una pregunta. "¿Qué hora es?
f) Imperativas o exhortativas: expresan una orden, un mandato, un ruego...“Vuelve pronto” “Le ordeno que se ponga de pie”
EJERCICIOS
1- Identifica las oraciones siguientes:
a) Claudia ha comprado un pastel
b) ¡Trae aquí esa pelota! ¿Te ha llamado Manolo?
c) ¡Qué tiempo tan bueno!
d) Ángeles no ha venido a mi casa
e) ¡Qué bien se está en la playa! ¿Has visto este libro?
f) Pepe, ¡ven aquí inmediatamente!
2- Señala de que tipo son las siguientes oraciones:
a) mañana vendré a comer.
b) ¿me puedes explicar esto, profe?
c) Dame la patita Bobby.
d) No sé si me gustará esta película.
e) Ojalá nadie talase el bosque
f) ¡He aprobado el examen!
Es fundamental que tenga un verbo.
Clases de oraciones según la actitud del hablante:
a) Enunciativas: se enuncia un hecho objetivamente. Pueden ser afirmativas y negativas. "Hoy es domingo" “No ha amanecido todavía”
b) Exclamativas van entre signos de exclamación en la escritura; expresan los sentimientos y emociones del hablante: "¡Vete de aquí!”
c) Desiderativas u optativas: expresan un deseo por parte del hablante “Que te vaya bien” “Ojalá apruebe este examen”
d) Dubitativas: expresan duda o posibilidad “Posiblemente venga con retraso el tren”
e) Interrogativas: el hablante formula una pregunta. "¿Qué hora es?
f) Imperativas o exhortativas: expresan una orden, un mandato, un ruego...“Vuelve pronto” “Le ordeno que se ponga de pie”
EJERCICIOS
1- Identifica las oraciones siguientes:
a) Claudia ha comprado un pastel
b) ¡Trae aquí esa pelota! ¿Te ha llamado Manolo?
c) ¡Qué tiempo tan bueno!
d) Ángeles no ha venido a mi casa
e) ¡Qué bien se está en la playa! ¿Has visto este libro?
f) Pepe, ¡ven aquí inmediatamente!
2- Señala de que tipo son las siguientes oraciones:
a) mañana vendré a comer.
b) ¿me puedes explicar esto, profe?
c) Dame la patita Bobby.
d) No sé si me gustará esta película.
e) Ojalá nadie talase el bosque
f) ¡He aprobado el examen!
ORTOGRAFÍA
HISTORIA DE ALEJANDRO Y SAMUEL
Cuentan los antiguos libros que en la ciudad egipcia de Tebas vivía un hombre joven llamado Alejandro. Y en el mismo callejón de Alejandro habitaba otro hombre llamado Samuel.
Un día en que Alejandro paseaba por su calle, vio cómo Samuel, muy enfadado, regañaba a un niño que le había pedido un vaso de agua. -¿Por qué me molestas? El agua cuesta mucho dinero. Ve a beber al río y no vuelvas por aquí.
Alejandro pensó que Samuel se merecía un buen escarmiento.
Y al instante se le ocurrió una idea. Ni corto ni perezoso, Alejandro se acercó a casa de su vecino y le saludó muy cortésmente:
-Buenos días, amable vecino – le dijo -. Hoy viene a visitarnos el prometido de mi hija, que es un hombre rico. Queremos invitarle a comer, pero no tenemos cucharas suficientes. Si me prestaras tú una, mañana mismo te la devolvería. Seguro que los dioses sabrán recompensar tu generosidad.
Samuel miró desconfiado a su vecino, pero no pudo negarse a su petición. Al fin y al cabo, pensó, no perdía nada por prestarle una cuchara durante unas horas.
Al día siguiente, Alejandro regresó alborozado a la casa de Samuel con la cuchara.
-¡Oh, querido Samuel – le dijo -, he de darte una excelente noticia! Esta noche, tu cuchara ha tenido una hija. Aquí tienes tu cuchara junto a su pequeña.
-¡Alabados sean los dioses! –exclamó Samuel- ¡Qué cucharita más bonita! Sin duda, tú has sido el intermediario en este regalo divino. Pasaron unos días y Alejandro se presentó otra vez en casa de Samuel.
-Buenos días, generoso vecino - le saludó Alejandro- . Hoy viene a visitarnos el prometido de mi hija con sus padres para concertar los detalles de la boda. Queremos que coman en casa, pero la cazuela que tenemos en muy pequeña. Si me pudieras prestar tú una cazuela, mañana mismo te la devolvería. Seguro que los dioses volverán a recompensar tu generosidad.
Samuel recordó lo que había ocurrido con la cuchara y al momento trajo la cazuela rogándole a Alejandro que la cuidara mucho y la devolviera como muy tarde al día siguiente.
Y así fue. Al día siguiente, Alejandro volvió a casa de Samuel con dos cazuelas bajo el brazo.
- ¡Oh, querido Samuel! - le dijo -. Los dioses han querido premiarte una vez más. También tu cazuela ha tenido una hija durante la noche. Aquí tienes tu cazuela junto a su pequeña.
- ¡Qué cazuelita más bonita! – exclamó Samuel -. No hay duda de que los dioses ven mis virtudes a través de tus ojos.
Unas semanas después, Samuel vio pasar ante su casa a Alejandro.
Parecía triste, y Samuel le llamó:
• ¿Qué te pasa, Alejandro? - le preguntó Samuel.
-Pues resulta que mañana se celebrarán las bodas de mi hija y no tenemos vajilla suficiente para dar de comer a todos los invitados. Temo que la familia de mi futuro yerno se ofenda y la boda no llegue a celebrarse.
-Yo te puedo dejar mi vajilla- le dijo Samuel recordando lo ocurrido con la cuchara y la cazuela -. Pero sólo por un día, porque es muy valiosa. - No sabes cuánto agradezco tu generosidad. Los dioses te darán pronto lo que mereces.
Transcurrieron unos días desde que Alejandro se llevó la vajilla y, como no la devolvía, Samuel decidió presentarse en casa de su vecino.
-Querido vecino –dijo Samuel-, hace ya unos días que te presté mi valiosa vajilla y todavía no me la has devuelto. No es que haya perdido la confianza en ti, pero…
- ¡Ay, querido vecino; no sabes qué disgusto tengo! - se lamentó Alejandro -. ¡Pobre vajilla! ¡Que los dioses la tengan en su reino! ¡Nunca pensé que tendría que darte una noticia así!
- Pero, ¿qué ha ocurrido? - preguntó Samuel impaciente.
- ¡Pues que esa misma noche tu vajilla murió!
- ¡Por todos los dioses! - exclamó perplejo Samuel-. ¿Es que acaso puede morir una vajilla?
-Sin duda, los mismos dioses que hicieron que la cuchara y la cazuela tuvieran hijos han hecho que la vajilla pueda morir. Sólo nos queda acatar los designios divinos.
Y Alejandro cerró su puerta dejando a Samuel con tres palmos de narices.
Escribe las respuestas sobre el texto
1. ¿Por qué Alejandro pensó que Samuel se merecía un escarmiento?
2. ¿Qué excusa utilizó Alejandro para pedirle a Samuel la cuchara, la cazuela y la vajilla?
3. ¿En qué momento le devolvió la vajilla?
4. ¿Cómo crees que es el carácter de los protagonistas? Compara los rasgos de cada uno de los dos personajes.
5. Al principio, Samuel desconfía de Alejandro. ¿Mantiene esta actitud durante todo el cuento? Razona tu respuesta.
6. ¿Qué crees que quiso expresar Alejandro cuando dijo que la vajilla había muerto?
7. ¿Qué te parece la forma en que actuó Alejandro?
8. ¿Crees que realmente Samuel merecía un escarmiento? ¿Por qué?
9. ¿Qué significa la expresión: “dejó a Samuel con tres palmos de narices”?
10.- Comenta estos dos refranes:
a) “Según siembres cosecharás”
b) “Quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón”
Escribe los nombres y adjetivos que veas y clasifícalos
Haz lo mismo con los determinantes y pronombres